Proceso Artesanal
Soñé muchas cosquillas, cosquillas de un lápiz…
Antes de nacer ya sabían como iba a ser. Lo que no sabían era que iba a ser tan presumido. Yo os lo voy a contar tal y como me lo contaron a mi:
Primero, tan solo fui un trozo de cera sin gracia ni forma, pero poco a poco, y con la ayuda de limas, limatones, lijas y mucho mimo, fueron dándome forma (que si rebajar aquí, que si taladrar allá…)
Una vez que tuve mi silueta esculpida me soldaron un bebedero, y éste a su vez fue soldado a un vástago de cera para formar el árbol. Después, me encerraron en un cilindro donde me cubrieron con revestimiento líquido. Una vez que el revestimiento se secó y endureció, me llevaron a un horno donde mi cuerpo de cera se derritió y desapareció. Lo único que quedó de mi fue la silueta. Y ahora viene la mejor parte: eligieron vestirme de plata y fundieron el metal para inyectarlo en el cilindro por fuerza centrífuga. ¡Pero aquí no acaba todo! Aún les faltaba repasar, lijar y pulir mi traje de plata para que se me viera bien bonito.
Ahora presumo, muy contento, en los dedos anular, corazón o índice de muchas mujeres, y siempre recuerdo el largo pero bonito camino que me trajo hasta donde estoy ahora.